Las enanas blancas son estrellas pequeñas y compactas que quedan cuando estrellas semejantes al Sol agotan su combustible interno con el que realizan fusión nuclear (hidrógeno o helio) para obtener su energía. Algunas de ellas no son completamente estables y presentan pequeñas variaciones periódicas de brillo, como si “latieran”. Estas pulsaciones permiten estudiar su interior, de un modo similar a cómo los sismos revelan la estructura interna de la Tierra.
En este trabajo se estudió un objeto muy especial: 2MASS J05513444+4135297, la única enana blanca conocida que presenta dos peculiaridades simultáneas: pulsa y su atmósfera contiene hidrógeno y carbono. Esa combinación inusual sugiere que no nació de una sola estrella, sino que es el remanente de la fusión de dos enanas blancas, un evento extremo y poco frecuente.
Un equipo internacional, que incluye a Francisco De Gerónimo y Alejandro Córsico (IALP, CONICET-UNLP), analizó observaciones obtenidas con grandes telescopios como Gemini Norte, Apache Point (Estados Unidos) y el Gran Telescopio de Canarias (España). Al medir con precisión cómo cambia su brillo con el tiempo, detectaron múltiples pulsaciones regulares, producidas por ondas internas que recorren la estrella.
A partir de nuevos modelos teóricos, el equipo estimó que esta enana blanca es muy masiva, alrededor de 1,13 veces la masa del Sol concentrada en un objeto del tamaño de la Tierra, y que se enfría desde hace unos 1.600 a 1.700 millones de años.
Este tipo de estudios ayuda a comprender cómo evolucionan las estrellas en escenarios extremos y qué huellas dejan las fusiones estelares en los objetos compactos que sobreviven.
+paper: https://ui.adsabs.harvard.edu/abs/2025ApJ…995..101U/abstract