En muchas galaxias, la zona central –o bulbo– no es una esfera perfecta, sino que puede adoptar formas sorprendentes, como una X o incluso un “maní”. Paula López y Sofía Cora, investigadoras del IALP (CONICET–UNLP), junto con un equipo internacional analizaron la formación y evolución de estos bulbos, conocidos como bulbos tipo “boxy/peanut”.
¿Cómo está compuesta una galaxia espiral?
En las galaxias espirales, como nuestra Vía Láctea, se pueden reconocer varias estructuras:
– un disco de estrellas, gas y polvo, surcado por brazos espirales donde nacen estrellas nuevas,
– un bulbo central compacto con estrellas viejas,
– una barra alargada de estrellas que atraviesa el bulbo, de la cual parecen surgir los brazos espirales, y
– un halo esférico con estrellas viejas, antiguos cúmulos de estrellas (cúmulos globulares) y mucha materia invisible (materia oscura).
Los bulbos tipo boxy/peanut han sido estudiados en simulaciones que reproducen galaxias aisladas. Este trabajo considera un escenario más realista: se utilizaron complejas simulaciones cosmológicas (llamadas Auriga), que reproducen la evolución de galaxias como la Vía Láctea desde el Universo temprano hasta la actualidad.
Los investigadores desarrollaron un método para estimar la fuerza gravitatoria del bulbo y así determinar cuándo y cómo se forma esta estructura. Encontraron que estos bulbos aparecen entre 1100 y 1600 millones de años después de la formación de la barra de la galaxia, tras un proceso físico llamado “buckling” (flexión de la barra). Algunas galaxias experimentan varios episodios de buckling, en los que el bulbo puede crecer, disminuir o incluso desaparecer momentáneamente.
El estudio también analizó cuán frecuentes son estos bulbos a lo largo del tiempo cósmico: hoy en día, 66% de las galaxias simuladas tienen barra, y de ellas, un 45% presenta un bulbo de esta clase. Esta fracción disminuye a medida que se retrocede en el tiempo.
Estos resultados ayudan a entender mejor cómo se forman las estructuras internas de las galaxias y a evaluar qué tan bien nuestras simulaciones cosmológicas representan el Universo real.
paper: https://ui.adsabs.harvard.edu/abs/2025MNRAS.540.2031L/abstract