El segundo puesto del 1er Concurso de Fotografía en la categoría “Astronomía y sociedad” corresponde a esta imagen tomada por Martín Moliné de Río Negro.
Sobre esta imagen del centro de nuestra Vía Láctea sobre el cerro “La Buitrera”, a pocos kilómetros de Bariloche, el jurado comenta que “contrasta las estrellas eternas con nuestros anhelos roídos y tan limitadamente humanos, Un destino de estrellas que desearíamos visitar con nuestras capacidades y tecnologías, pero que resulta tan lejano e insondable, que quedamos varados en el camino. Solo nos resta contemplar con asombro y descubrir tantos mundos como podamos en esta, nuestra breve aventura.“
La conexión entre el infinito de las estrellas y el óxido puede sorprenderte. Te la contamos:
Al comienzo del Universo, tras el Big Bang, solo existían tres elementos químicos en cantidades significativas: hidrógeno, helio y una pequeña cantidad de litio. Estos son los elementos más livianos, con uno, dos y tres protones respectivamente. Casi todo lo demás fue forjado en las estrellas.
A lo largo de sus vidas, mediante el mismo proceso que genera su propia luz, las estrellas crean nuevos elementos químicos. Lo hacen a través de la fusión nuclear. Por ejemplo, nuestro Sol transforma lentamente su hidrógeno en helio. Otras estrellas transforman helio en carbono y así sucesivamente. Sin embargo, no todas las estrellas tienen la misma capacidad de producción de elementos químicos pesados: solo las estrellas más masivas son las grandes fábricas del Universo.
Durante sus vidas, las estrellas masivas actúan como hornos nucleares, fusionando elementos químicos ligeros para originar el carbono, el oxígeno y el silicio. Sin embargo, su verdadera contribución ocurre al final de su evolución. Cuando estas estrellas ya no pueden producir nuevos elementos químicos, colapsan bajo su propia gravedad y estallan en violentas supernovas. En ese violento proceso, las temperaturas y presiones alcanzan niveles extremos, permitiendo la formación de elementos aún más pesados como el hierro. Cuando la estrella explota como supernova, todo ese material creado en muy poco tiempo (¡algunos minutos!), es lanzado al espacio, sembrando el cosmos con los ingredientes que darán origen a nuevas estrellas, planetas y, quizás, a la vida misma.
Así, el oxígeno y el hierro —dos productos de esos procesos estelares— pueden encontrarse aquí en la Tierra combinados en algo tan cotidiano y poco apreciado, como el óxido que colorea esta vieja camioneta de la foto. Un recordatorio silencioso de que incluso lo más mundano también tiene un origen cósmico.